Es el momento de aprovechar las subvenciones a la rehabilitación energética de viviendas para insuflar celulosa y hacer tu hogar más eficiente energéticamente. Ya publicada en el Boletín Oficial del Estado (BOE) la normativa que regula la batería de medidas desplegadas y que se nutre de ambiciosas ayudas directas y desgravaciones fiscales. El Plan de Recuperación destina 6.820 millones de euros a la partida de vivienda, con especial énfasis en las intervenciones pensadas para mejorar su eficiencia.
El Consejo Superior de Arquitectos de España y el Consejo General de Economistas de España han confeccionado una completa Guía sobre desgravaciones fiscales para rehabilitación de viviendas y edificios residenciales, donde se exponen los nuevos beneficios fiscales con el objetivo de dar a conocer el potencial de las ayudas y las novedades tributarias de forma didáctica incluso.
Según explica la Guía sobre desgravaciones fiscales para rehabilitación de viviendas y edificios residenciales, entre las principales condiciones de las ayudas, y a modo de resumen, destacamos que antes de acometer cualquier obra, se debe tener un certificado energético expedido por profesional competente y contar con otro certificado a la finalización de la obra. La mejora energética conseguida debe quedar acreditada con un certificado de eficiencia energética expedido por técnico competente, como arquitectos, antes y después de la obra.
Ayudas y beneficios fiscales para la rehabilitación energética
Se establecen tres tipos de subvenciones y deducciones, si bien nosotros en este artículo vamos a concentrarnos en el que se refiere a la deducción del 20% para reducir la demanda de calefacción y refrigeración en al menos un 7% y que como ya hemos señalado necesitará un certificado expedido por técnico competente.
El momento de la deducción estará vinculado al periodo impositivo en el que se expida dicho certificado y siempre antes del 1 de enero de 2023. La base máxima de deducción se sitúa en 5000€/año y el coste de la actuación debe ser igual o superior a los 1000€ .
En la Guía sobre desgravaciones fiscales para la rehabilitación de viviendas y edificios residenciales ofrece ejemplos muy clarificadores para entender los beneficios globales, divididos en ayudas directas y deducciones fiscales.
Ejemplo de ayudas y deducciones para mejorar el aislamiento térmico
La Guía a la que hemos hecho referencia en este artículo es muy completa e inteligible. El apartado de los ejemplos, al que recurriremos a continuación a modo de inspiración, es clarificador. Vamos con ello:
Imaginemos de Noelia tiene una casa a cuatro vientos en Sant Cugat. Imaginemos que mejorar el aislamiento térmico mediante insuflado de celulosa en paredes y techo, que garantiza un ahorro superior al 7% en calefacción y refrigeración, tienen un coste de 3000€. De esa cantidad satisfecha, Noelia recuperaría en forma de ayuda un 40% (1200€) y podría deducirse en la declaración de hacienda el 20% de la base de deducción neta (360€) resultante de restar al coste de la actuación la ayuda recibida. En total, ayudas más deducción, Noelia mejoraría la eficiencia energética de su residencia por un 52% del coste real y directo (1560€).
Eso sí, además del certificado energético previo y posterior a la actuación, para acceder a las ventajas tributarias el pago de las obras debe de realizarse mediante tarjeta de crédito o débito, transferencia bancaria, cheque nominativo o ingreso en cuenta, pero nunca en metálico.
¿Quieres aprovechar las subvenciones a la rehabilitación energética para hacer tu vivienda más eficiente, confortable y saludable gracias a las propiedades de la celulosa insuflada en cámara de aire de paredes y techos? Sale a cuenta y notarás la diferencia. ¡Contacta sin compromiso!