La rehabilitación energética de colegios es urgente porque es la única solución real y efectiva. Al inicio del curso, en septiembre de 2022, cuando los informativos se llenaban de contenidos relacionados con la incorporación de ventiladores en las aulas para mitigar las altas temperaturas ya nos preguntábamos si se trataba de un alivio o una solución real.
Aún no ha terminado el curso, pero la altas temperaturas de esta primavera han devuelto a las portadas e informativos los ventiladores en las aulas. Pero es evidente que no se trata de una solución, y tenemos nuestras dudas de que suponga siquiera un alivio.
El Departamento de Educación de la Generalitat de Catalunya ha anunciado una nueva compra de 2.500 aparatos en el marco de un plan de choque para hacer frente a las olas de calor en las escuelas, que cuenta como medida estrella la instalación de aire acondicionado en uno o dos espacios comunes de algunos centros educativos, como bibliotecas o gimnasios, según informa ElPais.com.
Pero como hemos explicado en otras ocasiones al hablar de la importancia de la mejora del aislamiento térmico en viviendas particulares, el primer paso es mejorar la eficiencia. No es que el ventilador no sea suficiente, y sin duda será mejor el aire acondicionado, sólo faltaría, pero daremos paso a otro problema, el gasto energético, si previamente no se toman medidas reales, si no se afronta la rehabilitación energética de centros educativos como se debe. Una máxima extensible a cualquier edificio, vivienda o equipamiento.
Si nuestra vivienda o equipamiento no es eficiente energéticamente, si no dispone de un buen aislamiento térmico, cualquier sistema de climatización o calefacción, por muy eficiente que a su vez pueda ser, estará gastando de más para mantener el confort térmico.
¿Por qué es importante la rehabilitación energética en este caso?
Confort y consumo serían dos variables interdependientes que obligarían a plantear soluciones en términos de rehabilitación energética. Si atendemos exclusivamente a la primera variable, el confort, sacrificaremos el consumo energético si no hay medidas complementarias a priori, o esenciales según nuestro punto de vista.
En Ecodes lo explican perfectamente: «La mejora del aislamiento de tejados y fachadas, el cambio de ventanas, el uso de técnicas pasivas de ventilación, la instalación de equipos de climatización, la instalación de paneles solares fotovoltaicos para el autoconsumo de energía comunitario o el incremento de la vegetación en los patios de recreo para generar zonas de sombra y refrescarlos son algunas medidas de adaptación«. Y señalan como ejemplo la adaptación climática en las escuelas azul, verde y gris en Barcelona para convertir los centros educativos en refugios climáticos.
Es un camino más largo y que requiere de mayor inversión, obviamente. Pero es la única solución real y efectiva. El aire acondicionado como sustituto del ventilador no es la solución. De hecho, y como hemos indicado anteriormente, casi sería alimentar aún más la huella de la contaminación que provocan estas olas de calor. «Eso sería como tomarse un paracetamol para el dolor de cabeza. Nosotras queremos que nos deje de doler la cabeza«, apunta Nuria Espinosa, de Madres por el Clima en este reportaje publicado por eldiario.es.
Rehabilitación energética de centros educativos: Casos de éxito
Aistercel ha participado en la mejora del aislamiento térmico de algún que otro equipamiento educativo. Debemos remontarnos a 2015 cuando, aún bajo la marca ECOmarc, aislamos térmicamente la cubierta del colegio Bàrkeno de Barcelona con celulosa insuflada.
Más recientemente, concretamente a finales de 2022, Aistercel llevó a cabo la mejora la eficiencia energética del colegio público Joan Roura i Parella, en Tortellà. La actuación consistió básicamente en el insuflado de una manta de celulosa de entre 25 y 30 centímetros aproximadamente en la cubierta del equipamiento con el objetivo de mejorar la temperatura de confort dentro del edificio y ahorrar energía y, por tanto, dinero.
En esta misma línea de rehabilitación energética de centros educativos podríamos encuadrar la actuación ejecutada para el Ayuntamiento de Vacarisses. Gracias a esta actuación, el ayuntamiento preveía que el consumo de climatización y calefacción se reduciría entre un 30% y un 40%. Estas cifras equivalen a un ahorro económico aproximado de entre 4.000 y 5.000 euros anuales. Asimismo, mejoraba el confort térmico y acústico de los usuarios de estos equipamientos en invierno y en verano.