Plan de ahorro energético: mejora el aislamiento

El Plan de ahorro energético recientemente aprobado por el Consejo de Ministros tiene un objetivo loable y seguramente necesario en un contexto de crisis energética como consecuencia de la guerra en Ucrania.

El fin último de las medidas es el ahorro energético en edificios públicos y privados, incluyendo a los comercios. Tal y como explica ElPais.com, «las nuevas medidas pretenden contener el dispendio de energía en plena crisis de precios y obligarán a comercios, grandes almacenes, cines, hoteles o edificios públicos, entre otros, a limitar a 27 grados el uso del aire acondicionado en verano y a 19 grados la calefacción en invierno«.

Pero el objetivo de este artículo no es desgranar las medidas que entrarán en vigor prácticamente ya y que estarán vigentes hasta noviembre de 2023. Lo que pretendemos es poner el foco en actuaciones que mejoren la eficiencia y en las que el aislamiento térmico resulta esencial. Vamos a ver si somos capaces de explicarlo con claridad porque nos parece fundamental entenderlo.

Antes de proseguir, conviene recordar que el gobierno también tiene activos programas de subvención para la rehabilitación energética que representan una oportunidad interesante que conviene aprovechar.

El plan de ahorro energético: ¿Otoño caliente e invierno frío?

En primer lugar, imaginemos una vivienda sin aislamiento o mal aislada. No será difícil si tenemos en cuenta que, como explican en este artículo, las viviendas mal aisladas son «depredadores de energía» o directamente una ruina dado que «los edificios consumen más energía que el transporte o el sector industrial, con la calefacción y el aire acondicionado como reyes del gasto energético«.

Por otra parte, a lo largo de nuestra experiencia de 20 años dedicados a la mejora del aislamiento térmico mediante insuflado o proyectado de celulosa, nos hemos encontrado en innumerables ocasiones con el mantra del «paso frío en casa».

En ese escenario, da igual (entiéndanos bien) si ponemos la calefacción a 19, a 18 o a 17 porque en todos los casos, sin mejorar la eficiencia, la energía que dediquemos a mantener esa temperatura deberá ser constante y se seguirá despilfarrando por techos, paredes y ventanas. Seguirá siendo casi obligatorio mantener permanentemente el grifo abierto para alcanzar y mantener la temperatura deseada. Sería como protegerse de la lluvia con un colador…

Así que, en el caso de tener una vivienda sin aislamiento térmico o mal aislada no variará el despilfarro en un otoño caliente o en un invierno frío. Necesitarás energía y energía para alcanzar una temperatura de confort y mantenerla. Y cada grado, ya se sabe, es un 7% de más o de menos…

El mejor plan de ahorro, insuflar celulosa

En este video corto explicamos el valor del aislamiento como factor determinante de ahorro energético en el hogar. Un video anterior al Plan de ahorro aprobado por el Gobierno pero que resume perfectamente algunos de los beneficios de mejorar el aislamiento térmico.

Más inversión que gasto, con un retorno a corto plazo y un ahorro para siempre gracias a la mejora de la eficiencia. El calor (o el frío del aire acondicionado) no se despilfarra, con lo que necesitas menos consumo para mantener el confort.

En el caso de la celulosa, se trata además de un material natural, sostenible, circular, con la huella ecológica más baja en su fabricación, y que ofrece unos valores térmicos y acústicos excelentes. Además, su aplicación es rápida, sin obra, y válida para cualquier tipo de vivienda.

Como conclusión, toca arrimar el hombro y reducir la demanda de energía a todos los niveles. Pero mejorar el aislamiento térmico debería ser el primer paso para optimizar, frenar el despilfarro y reducir el sacrificio.

Si deseas conocer las opciones de mejora del aislamiento térmico de tu vivienda no dudes en contactar con nosotros. Sin compromiso alguno, el objetivo es común.